El comercio y la tecnología están estrechamente relacionados entre sí. Desde la invención de la rueda hasta la revolución de la máquina de vapor, la tecnología ha jugado siempre un papel clave en la configuración del desarrollo económico. Este fenómeno está experimentando una aceleración sin precedentes, generando muchas oportunidades para emprendedores y empresas de todo el mundo y favoreciendo el crecimiento comercial y el desarrollo económico. Sin embargo, estos avances tecnológicos por el momento no garantizan un incremento del factor productividad, una mayor integración económica y el empleo.
La amplia adopción de tecnologías digitales altera la composición del comercio de bienes y servicios y redefine los derechos de propiedad intelectual en el comercio. Además, la calidad de la infraestructura digital emerge como una nueva fuente de ventaja comparativa. Entre 1996 y 2014 los avances tecnológicos han reducido los costes del comercio internacional en un 15% y lo harán entre 31 y 34 puntos porcentuales acumulados en los próximos 15 años, a pesar de las tensiones comerciales actuales.
Por otro lado, la digitalización ha llevado a una disminución en el comercio de bienes digitales (CDs o libros) de 2.7 por ciento del comercio total de bienes en 2000 a 0.8 en 2016. No obstante, se espera que aumente la importancia del comercio de servicios, estimando que su participación en el comercio total aumentará del 21 al 25% para 2030. Las innovaciones tecnológicas no solo producen cambios en la estructura del comercio, sino que también facilitan este comercio en servicios, generando nuevos servicios y transformando bienes por servicios como resultado de un proceso de adaptación a la demanda de valor por parte del consumidor.
Muy vinculadas al comercio están las finanzas. Las nuevas tecnologías están innovando fuertemente en este campo porque tienen una importancia relevante para las compañías que venden a nivel internacional, dado que las transacciones son más complejas y menos exigentes, lo que implica la necesidad de un seguro. Los bancos están invirtiendo significativamente para digitalizar las transacciones relacionadas con el comercio, en particular las cartas de crédito y la financiación de la cadena de suministro, por ejemplo mediante el uso de la tecnología blockchain, lo que facilita el procesamiento de los pagos B2B entre empresas. Esto requiere abordar los desafíos regulatorios de manera efectiva, teniendo en cuenta que los beneficios asociados al uso de nuevas tecnologías superan los costes de innovación sobre los sistemas existentes.
Sobre Marisa Poncela
Marisa Poncela es una de las expertas internacionales más reconocidas en política de investigación y comercio internacional, con treinta años de experiencia en el campo. Actualmente es asesora del Ministerio de Universidades, Innovación e Investigación. Entre otros muchos roles destacados, ha ocupado los siguientes cargos:
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