08 Diciembre 2010
Entrevista a Antonio Fernández Anta, Senior Researcher, Institute IMDEA Networks.
1. Para empezar esta entrevista, nos gustaría conocer cómo nació su vocación científica ¿Cuándo y por qué decidió que quería ser científico?
Al realizar los estudios de doctorado y empezar a investigar con el profesor que sería mi director de tesis, descubrí lo extremadamente divertido que es intentar resolver problemas que nadie ha resuelto. Además, cuando tras semanas o incluso meses de reflexión y trabajo encuentras una solución al problema, la sensación de satisfacción es difícil de describir. Decidí que la ciencia y la investigación son mi vocación cuando experimenté por primera vez esa mezcla de sensaciones.
2. ¿Cuál es su formación y trayectoria como investigador? ¿A qué instituciones ha estado vinculado hasta ahora?
Aunque creo que la formación de un investigador empieza en su infancia, mi formación universitaria comenzó en la Universidad Politécnica de Madrid. Posteriormente, mi trayectoria como investigador comenzó realizando el doctorado en Estados Unidos, en la University of Louisiana at Lafayette. Tras finalizar el doctorado, pasé dos años como investigador postdoctoral en el Laboratory for Computer Science del MIT (Massachussets Institute of Technology). Al volver a España, he sido profesor en la Universidad Politécnica de Madrid y la Universidad Rey Juan Carlos, aunque he realizado frecuentemente estancias en centros de investigación extranjeros, como en la University of Connecticut y en Alcatel-Lucent Bell Labs en Estados Unidos, en la Universidad de Chile, en la University of Cyprus, en Chipre, o en el centro IRISA en Rennes, Francia.
3. ¿En que circunstancias surgió la posibilidad de trabajar en IMDEA? ¿Qué es lo que más le interesó del proyecto?
Tras varios años en la Universidad, empecé a considerar la posibilidad de buscar un nuevo puesto en el que poder dedicarme completamente a la investigación. Pensaba que para ello tendría que ir al extranjero, y me sorprendió muy favorablemente la existencia del proyecto Institutos Madrileños de Estudios Avanzados (IMDEA) como posible centro de trabajo.
Lo que más me atrajo de IMDEA es que permite a sus investigadores la dedicación exclusiva a la investigación (como en los centros de investigación no universitarios) contando a la vez con estudiantes de doctorado con los que trabajar (como en las universidades). Creo que esto hace esta iniciativa única y muy atractiva. Aprecio además en gran medida la ambición de impacto internacional del proyecto, lo que hace que los equipos investigadores estén formados por científicos de altísima calidad.
4. ¿En qué líneas de investigación va a trabajar y qué resultados concretos espera alcanzar?
Mi investigación hasta el momento ha versado sobre problemas en entornos de computación distribuida, lo que incluye aspectos de comunicación y computación. Dada la orientación del centro al que me incorporo, IMDEA Networks, voy a reforzar las líneas más afines al mismo. Por ejemplo, una de la líneas más importantes que hemos comenzado explora cómo reducir el consumo energético en las redes de comunicaciones (como por ejemplo Internet o redes inalámbricas). Similarmente, queremos explorar cómo el uso inteligente de las redes puede reducir el consumo energético a nivel global.
Los resultados concretos a medio plazo se sitúan en las dos líneas que se han mencionado. En lo que se refiere a reducir el consumo en redes, esperamos proponer técnicas para regular el tráfico de datos que permita apagar los equipos y las líneas de comunicación cuando no se utilicen, y hacer que consuman potencia proporcional al tráfico cuando se estén utilizando.
En lo que se refiere a añadir inteligencia al consumo energético, a medio plazo esperamos, por ejemplo, desarrollar planificadores que regulen en un entorno controlado (por ejemplo, en un grupo de edificios) el consumo y el almacenamiento de energía. El objetivo de esta planificación es lograr que el consumo observado desde el exterior de este entorno sea lo más bajo y uniforme posible.
5. Sabemos que le gusta mucho viajar y que hace un par de años estuvo en China. Cuéntenos qué impresión le causó su visita.
Durante los estudios de doctorado y la estancia postdoctoral tuve la oportunidad de conocer estudiantes e investigadores de muchos países (y continentes). La interacción con ellos me hizo ver lo parecidos que somos todos los humanos, independientemente de nuestro lugar de origen, y me despertó el interés por conocer otras sociedades y otras culturas. El tener conocidos en muchos países, además, es un aliciente para visitarlos.
Durante los dos años que estuve en el MIT conocí a un profesor chino, Liu, con el que sintonicé rápidamente a pesar de la diferencia de edad. Colaboramos activamente en un proyecto de investigación, pero sobre todo hablamos de nuestras respectivas culturas (él se educó en tiempos de Mao y tenía una vision del mundo apasionante). Tras varios años restablecimos contacto, y fui a visitarlo en junio de 2008 (un mes antes de los JJOO) a su centro de investigación en Beijing, lo que nos ha permitido retomar la relación personal y profesional.
Siendo esta mi primera visita a China, me ha sorprendido en gran medida, como creo que le ocurre a todo el que la visita, su dinamismo. Es increible la cantidad de gente que hay, la densidad del tráfico (coches, motos y bicicletas), o el tamaño de la ciudad y de sus edificios. Cruzar la calle suponía una aventura, en la que no se podía hacer otra cosa que imitar a los demás. Tomar un taxi implicaba preparar previamente todos los datos del destino por escrito.
Los únicos aspectos negativos de la experiencia fueron la contaminación que no me permitió ver el sol en toda la estancia y una cierta sensación de que todo está cambiando demasiado rápido. Tengo la sensación de que el país que visité en 2008 cada vez se parece menos al que Liu me describía en nuestras sobremesas más de diez años antes.
Antonio Fernández Anta, Senior Researcher,
Institute IMDEA Networks
Antonio Fernández Anta durante su viaje a China
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