Pablo Martínez estudió Ciencias Políticas y de la Administración Pública en la Universidad de Salamanca, tras pasar un año en la Universidad de Granada. Posteriormente, se ha centrado en la dimensión más internacional de la política, realizando un Máster Internacional en Estudios Latinoamericanos Contemporáneos en la Universidad Complutense de Madrid y dos Cátedras Jean Monnet sobre Derecho de la Unión Europea (Universidad de Cantabria) y sobre Derecho Europeo del Clima (UNED).
En cuanto a su experiencia profesional, entre 2022 y 2024 trabajó en la Dirección General de Fondos Europeos del Gobierno de Cantabria, donde tuvo la oportunidad de conocer la importancia de los fondos y programas de financiación europeos. También ha escrito artículos y ensayos sobre temas de política europea y nacional en diversos medios digitales.
En su tiempo libre, disfruta pasando tiempo de calidad con sus amigos. Sin embargo, también le gusta dar largos paseos con su perro por las playas de Santander, la ciudad donde nació. También le encanta viajar a otros países y leer sobre política. Otra de sus pasiones es disfrutar de una buena película en el cine.
El 11 de diciembre de 2019, la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pronunció un discurso en el que presentó el Pacto Verde Europeo. Este estableció una
hoja de ruta para sentar las bases del futuro de Europa, ya que los desafíos que enfrentan las sociedades del siglo XXI no se limitan únicamente a los ámbitos económico, político, social o militar. En los últimos años, hemos sido testigos de cómo el cambio climático se ha instalado en las agendas internacionales. La Unión Europea, como actor clave en materia
climática y medioambiental, ha dado un paso al frente al desarrollar un ambicioso plan que tiene como objetivo transformar nuestra sociedad y convertirla en una más respetuosa
con la biodiversidad y el medio ambiente. Para cumplir ese compromiso se han marcado dos objetivos principales: alcanzar la neutralidad climática en 2050 y reducir las emisiones
de gases de efecto invernadero hasta el 55% respecto al año 1990 hasta 2030.
El Pacto Verde Europeo representa una estrategia que servirá de guía en los proyectos regionales y nacionales de los Estados Miembros, para abordar los retos que implican la transición verde y la transformación digital, tanto en el presente como en las próximas décadas. Concretamente en Cantabria se han analizado dos de los programas inscritos en la política palanca de Agenda urbana y rural del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que tienen como finalidad la mejora de la eficiencia eléctrica del parque de viviendas existente y la del transporte público y privado a través del uso de energías alternativas y fomentando la movilidad intermodal.
Llevar a cabo los objetivos y las actuaciones citadas no supone únicamente un reto sobre su financiación, sino que la UE ejercerá un liderazgo climático al incorporar cláusulas verdes en los acuerdos comerciales con terceros mientras demuestra que el crecimiento económico y la industrialización son posibles cumpliendo requisitos de sostenibilidad y desincentivando el uso de energías contaminantes.