11 Abril 2022
La investigación para la lucha contra el coronavirus merece aún más apoyo institucional, dada la virulencia de las nuevas variantes. Así se demuestra en un estudio internacional en el que han participado los doctores de IMDEA Networks Antonio Fernández Anta y Jaya Prakash Champati, junto a compañeros de otras instituciones como la Universidad Carlos III de Madrid, las universidades europeas de Rennes y Oporto y estadounidenses como la de Southern California.
El objeto de estudio es la eficacia de las vacunas contra la infección con la variante Omicron. El estudio usa datos del proyecto ‘Global COVID-19 Trends and Impact Surveys (UMD Global CTIS)’, además de datos sobre variantes recogidos por la iniciativa científica global, especializada en virus, GISAID , y el repositorio Our Worls in Data). La publicación científica ‘Using Survey Data to Estimate the Impact of the Omicron Variant on Vaccine Efficacy against COVID-19 Infection’ detalla las investigaciones y conclusiones de este equipo internacional, que ha trabajado con técnicas y modelos de ‘machine learning’ (‘bosques aleatorios’ incluidos) para una búsqueda y análisis más depurados.
“Los datos de nuestro estudio –señala Fernández Anta– mostraron que la población vacunada en el caso de Omicron aún está más protegida frente al contagio que la no vacunada, pero la diferencia es más reducida que la propia de otras variantes”. Este resultado fue observado primero en Sudáfrica, y ha sido confirmado en otros países con presencia significativa de Omicron.
Champati destaca, por su parte, cómo “dos dosis de la vacuna ofrecen, sin duda, mejor protección que una: en Sudáfrica, la relación es de 30% frente a 9% en el caso de Omicron; 81% frente a 51% en el caso de Delta”.
Los investigadores subrayan el interés del estudio en el país africano por ser “el primer epicentro” de esta variante, que ha podido ser analizada a fondo gracias a los avances en encuestas y métodos matemáticos y estadísticos, como los propios del proyecto CoronaSurveys. Se ha analizado un enorme volumen de datos recopilados a través de encuestas abiertas y anónimas, una iniciativa de gran importancia en países en los que, por diversas circunstancias, los datos oficiales no son fiables. “Por tanto (destacan los investigadores), los resultados de nuestra investigación ofrecen una nueva perspectiva y se acerca, con el apoyo de las estadísticas oficiales, a una estimación más realista de la incidencia”.
Todo este desarrollo investigador contribuye y contribuirá, por ejemplo, a la mejor medición de la eficacia de las vacunas durante la pandemia, clave para afrontar nuevas medidas, no solo para la actual pandemia, sino para futuras amenazas para la salud. “Consideramos (señalan los investigadores) que estos datos reflejan que se necesita mejorar en el desarrollo y despliegue de las vacunas (de una manera significativa en el caso de Omicron), y que el trabajo de anticipación es fundamental, así como el de la evaluación de su eficiencia”.
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